Durante las últimas semanas, en las materias de Ciencias da Natureza e inglés, hemos estado embarcados en un interesante proyecto sobre la alimentación saludable y equilibrada.
Todo empezó con un “veo, pienso me pregunto” en inglés con un vídeo de un colegio de Estados Unidos en el que llevaban a cabo un proyecto sobre alimentos ecológicos y su uso en el comedor del propio centro, tras el que hicimos una tormenta de ideas en la que pensamos todos los alimentos que conocíamos y comíamos, y los clasificamos en los que nosotros creíamos como saludables o no saludables haciendo un diagrama de Venn.
Casi al mismo tiempo, comenzamos una investigación sobre los alimentos y sus propiedades, conociendo los diferentes tipos de nutrientes y a qué nos ayuda cada uno: hidratos de carbono, lípidos, proteínas, vitaminas… todos ellos resultan igual de importantes para nuestra salud, aunque nos aportan cosas muy diferentes.
Una vez terminada la investigación, de nuevo organizamos nuestros alimentos, pero esta vez buscando e identificando cuál era su nutriente principal, y nos llevamos alguna que otra sorpresa.
Tras esto, entre todos intentamos construir nuestra pirámide alimenticia con todos los alimentos que estábamos trabajando, lo cual generó un largo (e intenso) debate entre nosotros para ver en qué piso de nuestra pirámide colocábamos cada uno. Una vez la completamos, buscamos una pirámide completa para detectar nuestros errores y corregirlos; de este modo tendríamos nuestra pirámide perfecta para las siguientes tareas.
Durante este tiempo también analizábamos qué alimentos se correspondían con sustantivos contables e incontables en todos los idiomas que conocemos, para poder utilizar nuevas expresiones y estructuras de la mejor manera posible.
Después tocó saber qué era una dieta y, sobre todo, cómo era una dieta equilibrada. Descubrimos lo que eran las kilocalorías, lo diferentes que eran unos alimentos de otros a nivel energético, y cuáles nos compensaba comer más a menudo que otros. ¡Nunca hubiésemos pensado que las legumbres nos dieran tanta energía! También analizamos algunas etiquetas de alimentos para intentar deducir cuáles eran sanos y cuáles no en base a sus ingredientes…y esto nos llevó a cambiar algunas cosas de las que pensábamos al principio en nuestro diagrama.
Estábamos llegando ya a nuestro producto final, que tuvo dos partes:
- Por un lado, nos convertimos en cocineros, y todos tuvimos que grabar un vídeo elaborando una receta saludable en inglés: ¡nos salieron unos platos que estaban de vicio!
- La otra parte consistió en utilizar todo lo que habíamos aprendido sobre nutrientes y alimentos para diseñar un menú equilibrado durante una semana entera, sin pasarnos de las cantidades de energía recomendada y cumpliendo todos y cada uno de los requisitos para una dieta de lo más sana. Lo cierto es que fue un poco más difícil de lo que pensamos el combinar todos los tipos de alimentos de una forma sana durante todas las comidas y cenas.
Como veis, ha sido un último mes de lo más interesante para nuestra salud, en el que hemos aprendido un montón a saber lo que comemos y sobre todo comer cada vez un poquito mejor.
¡Aquí os dejamos unas fotos de todo el proceso y de alguna receta de las que hicimos!
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